Detuvieron a cinco empresarios por estafa inmobiliaria
Cuatro eran miembros de una misma familia. Fueron detenidos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, acusados de cometer una estafa inmobiliaria de gran escala a través de la constructora Induplack Fiduciaria.
La Justicia investiga una maniobra que dejó más de 200 damnificados, con propiedades vendidas múltiples veces y obras que nunca se concretaron. La jueza Paula González, al frente del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 40, ordenó el procesamiento con prisión preventiva de los acusados, además del embargo de bienes por 905 millones de pesos para garantizar futuras reparaciones a las víctimas.
La firma, que se presentaba como un emprendimiento familiar, promocionaba proyectos de viviendas en pozo a través de redes sociales y sitios especializados, atrayendo a compradores con precios accesibles. Sin embargo, muchos de esos desarrollos inmobiliarios no solo nunca se construyeron, sino que en varias oportunidades las mismas unidades fueron vendidas más de una vez.
Los acusados son Vito Antonio L’Abbate, Emanuel Andrés L’Abbate, Juan Ignacio L’Abbate, Santiago David L’Abbate y Patricio Gastón Flores. Según la investigación, los L’Abbate actuaban como representantes legales de Induplack Fiduciaria S.A., mientras que Flores figuraba como apoderado de la empresa y presidente de Icons Tech S.A.. Todos están señalados como parte de una asociación ilícita dedicada a cometer delitos económicos de forma organizada y sostenida en el tiempo.
Una estafa que operó durante más de una década
De acuerdo al expediente judicial, el esquema fraudulento habría comenzado al menos en 2012 y se extendió hasta junio de 2024. El líder de la organización sería Vito Antonio L’Abbate, mientras que los demás cumplían funciones clave dentro del entramado: captaban inversiones, firmaban contratos, desviaban fondos y prometían entregas que jamás se concretaban.
La modalidad consistía en ofrecer departamentos en pozo —es decir, aún no construidos— a través de fideicomisos inmobiliarios. Los compradores firmaban boletos de compraventa y entregaban importantes sumas de dinero, confiando en que las obras avanzaban. Sin embargo, en muchos casos los edificios ni siquiera se comenzaron a levantar, o bien fueron vendidos a múltiples personas.
Los domicilios de los proyectos señalados incluyen direcciones como Rivadavia 7159, Oliden 660, Ibarrola 6517, Fragata Presidente Sarmiento 2070/72, Alberdi 6683 y México 1640, todas dentro de la Ciudad de Buenos Aires. En varias de esas obras, los compradores encontraron solo terrenos vacíos o construcciones abandonadas, cuando no propiedades ocupadas por terceros. Algunas víctimas, además, recibieron pagarés sin valor como forma de compensación.
Maniobras reiteradas y desvío de fondos
La resolución judicial detalla múltiples estrategias utilizadas por los imputados para sostener la estafa. Entre ellas se encuentran: la firma de más de un boleto por la misma unidad, promesas de devolución del dinero que nunca se cumplían, reventa de inmuebles ya comprometidos, y reiterados incumplimientos de los plazos de entrega.
“A pesar de haber recibido los fondos necesarios para afrontar los costos de construcción, los imputados desviaron el dinero en beneficio propio o de terceros”, se lee en el expediente. Para la jueza, existió una estructura montada con el único fin de defraudar de manera sistemática, simulando proyectos que jamás pensaban finalizar.
Una de las damnificadas describió el edificio en el que había invertido como “un edificio fantasma”, con las puertas cerradas y los contratos de compraventa pegados en las entradas, como prueba del fraude.
Tras la orden de detención, los cinco acusados se entregaron voluntariamente dentro del plazo de 48 horas otorgado por la Justicia. Ahora permanecen detenidos mientras avanza la causa, que podría derivar en nuevas imputaciones y la ampliación de los embargos si aparecen más víctimas o pruebas.