Condenaron al policía que “le hizo una broma” a un amigo y lo mató de un tiro en el pecho

 Los jueces descartaron la teoría de la defensa sobre que el crimen se trató de un accidente.

Este martes, en el Tribunal Oral de Neuquén, se dictó sentencia en un caso que conmocionó a esa provincia hace 7 meses. Nicolás Leopoldo López, un oficial de policía de 29 años, fue condenado por homicidio con dolo eventual agravado por el uso de un arma de fuego en perjuicio de Diego Escobar, de 28 años. El trágico incidente ocurrió cuando López, en lo que describió como un “chiste“, apuntó su arma reglamentaria al pecho de su colega y disparó.

El juez de garantías Luis Giorgetti explicó que, aunque López considerara su acción como una broma, nadie más lo vio de esa manera. La fiscal Silvia Moreira y el asistente letrado Pablo Jávega argumentaron que el oficial asumió la probabilidad de causar lesiones a Escobar y se mostró indiferente al resultado. 

Esto resultó en la condena de López, que podría enfrentar una pena mínima de 10 años y 4 meses por el uso de su arma reglamentaria en el disparo “a quemarropa” que mató a la víctima.

El abogado defensor de López planea apelar la sentencia, alegando que los testigos descartaron la intención de matar y que ambos eran amigos de toda la vida. Sin embargo, la fiscal Moreira sostiene que el oficial asumió la probabilidad de que su acción podría causar la muerte de Escobar y no hizo nada por evitarlo. En la próxima audiencia de cesura, el tribunal determinará la pena adecuada.

Omarr Urra, abogado defensor, dijo también que “él fue uno de los oficiales que egresó de manera virtual. Hay un programa que tenía que cumplirse y no se hizo. Una vez egresado no se lo siguió capacitando… Nunca debió ser policía, no terminó con la currícula como estaba prevista y todo esto contribuyó a ser tan negligente”.

EL HECHO

El jueves 9 de marzo, en el centro-oeste de la capital de Neuquén, ocurrió un incidente que resultó en una tragedia. Diego Escobar, de 28 años, estaba trabajando en el local junto a dos primos y otro empleado. Fue entonces cuando Nicolás Leopoldo López, un oficial de policía con aproximadamente dos años de antigüedad en la fuerza, se acercó al negocio después de terminar su servicio.

Lo que comenzó como una broma de mal gusto se convirtió en una tragedia inimaginable. López apuntó su arma reglamentaria al pecho de un primo de Escobar y apretó el gatillo, pero no salió ningún proyectil. El joven se asustó y le advirtió a López que no jugara con un arma. A pesar de la advertencia, López ingresó al taller, donde se encontraba la víctima junto a otro familiar. Allí, repitió la misma maniobra, apoyando su arma en el pecho de Escobar y apretando el gatillo nuevamente, esta vez con consecuencias fatales. El disparo se efectuó y Escobar murió casi de inmediato.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba