En un partido de película, Boca quedó afuera de la Copa Sudamericana tras caer en los penales con Cruzeiro

El Xeneize perdió 2-1 y por el global 2-2 debió definir desde los 12 pasos su pase a cuartos. El equipo brasileño no falló en los penales y venció por 5-4 para clasificarse en su casa. Merentiel falló su penal decisivo y el equipo argentino se va eliminado en octavos de final.

Por los octavos de final de la Copa Sudamericana 2024, Boca Juniors perdió en los penales ante Cruzeiro y quedó eliminado del torneo continental. En los 90 minutos cayó 2-1 y por el global 2-2 definió desde los 12 pasos, pero desafortunadamente cayó 5-4 tras errar su quinto penal y acabó la ilusión.

El partido tuvo un comienzo increíble como inexplicable, ya que a los 10 segundos de arrancar, Luis Advíncula marcó un récord al ver la tarjeta roja por una acción imprudente contra un jugador brasilero. Esto cambiaba radicalmente los planes xeneizes que debían ahora acomodarse al partido con un jugador menos y el ímpetu de un Cruzeiro que salió a comerse la cancha.

Nicolás Figal ingresó para reemplazar el sector que quedaba vacío por Agustín Martegani que no tocó la pelota. Sería el mismo central que debió cumplir la obligación de lateral derecho quien sería uno de los responsables del primer gol del partido.

Una cadena de errores en la defensa del equipo argentino, con Figal que intentó gambetear y perdió la pelota, Christian Lema que se resbaló y el arquero Sergio Romero que dio un rebote imperfecto que Marcos Rojo no llegó a cubrir, permitieron que Matheus Henrique a los 9 minutos marque el 1-0 y ya iguale la serie.

Boca sintió el golpe y no se pudo recuperar de la expulsión tempranera. Cruzeiro seguía yendo, pero un error en su defensa, dejaron sólo a Kevin Zenón que se vio en soledad como nunca antes y mano a mano con el arquero rival, no pudo liquidar tras un definición flojísima que se fue muy lejos de los tres palos, perdiéndose el 1-1.

Para peor, luego de esa acción el local ganó un córner que fue discutido si era realmente o no, y de esa jugada, un mal rechazo de Rojo dejó la pelota viva en el medio para el volante Walace que de volea dejó sin opciones a Romero. Era el 2-0 y un golpe de nocaut para Boca, que en sólo 21 minutos ya estaba abajo en la serie, con un jugador menos y sin reacción.

El panorama pintaba oscuro para el Xeneize, que pudo sufrir un tercer gol en su arco cuando Cruzeiro pudo liquidar el partido con un remate que “Chiquito” Romero llegó a desviar y pegó en el palo, jugada que hubiese definido contundentemente la serie.

Afortunadamente el sacudón pasó para los dirigidos por Diego Martínez y sobre el final del primer tiempo, encontraría el gol salvador de Miltón Gímenez a los 48 minutos, quien se encontró en el área con la pelota tras una asistencia de Lema que la bajó de cabeza y con un remate mordido, dejó sin opciones a Cassio. Era el 2-1 que fue un desahogo y revivía a Boca en la serie, a minutos de que termine la primera mitad.

Es así que en un primer tiempo “loco” y que tuvo de todo, Boca se iba con vida y esperanza al descanso, con 45 minutos más por jugarse que marcarían el destino de la temporada.

Ya en el segundo tiempo, Boca sacó el amor propio y el corazón para hacerse dueño del partido. Con buenas combinaciones, orden en la mitad de la cancha y mucha más fluídez en el juego, el equipo argentino manejó la dinámica en los primeros 20 minutos, donde no parecía tener un hombre menos.

El equipo brasileño no encontraba los caminos ni aprovechaba el jugador de más, por lo que comenzó a mover el banco. Entrado en los 80 minutos, el Xeneize sintió el desgate y el local salió con todo, siendo en un lapso de 5 minutos el peor pasaje del visitante en la segunda mitad que casi define la serie.

Martínez realizó los cambios con los ingresos de Gary Medel, Marcelo Saracchi y Tomás Belmonte. Boca lo aguantaba y Cruzeiro iba con ímpetu, encontrando la chance del 3-1 en una jugada de jerarquía donde la pelota fue por arriba de Chiquito que alcanzó a rozarla y pegó en el travesaño, cruzó toda la línea y no ingresó, salvándose de quedar afuera de la Copa.

El final sería de película, con Boca dejando todo en el área y manteniendo los resultados en busca de ir a los penales. Cruzeiro iba intentando con el aliento de su gente encontrar el gol que lo ponga en cuartos y con varias jugadas que de milagro no terminaron en cambiar el marcador, Boca safó sufriendo hasta el final con mucho amor.

Cuando parecía que la tónica del encuentro terminaría con Boca defendiendo en su arco, en una contra Marcelo Saracchi se escapó aprovechando mal parado al equipo brasileño y quedó mano a mano con el arquero rival. Cedió atrás para Miguel Merentiel que definió al medio, pero encontró justo a un defensor que despejó y salvó lo que hubiese sido la clasificación épica en los 90 del Xeneize.

En un partido de película, fue final 2-1 a favor de los brasileños en 90 minutos, que decretaría el 2-2 en el global por el 1-0 de Boca en la ida de Buenos Aires y todo se definiría en los penales.

Allí, Cruzeiro fue más efectivo y lo ganó 5-4, con un Chiquito Romero que no pudo adivinar ningún penal que fue muy bien pateado por cada uno de los brasileños y Miguel Merentiel terminó fallando el decisivo y quinto penal, elevando la pelota por arriba del travesaño.

No hubo épica y en un triste final, Boca se despide de la Copa Sudamericana muy temprano, poniendo fin a la ilusión de los hinchas.

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