La causa federal por lavado de activos reveló cómo el clan acumuló camionetas, camiones y vehículos de alta gama a partir de maniobras irregulares y fondos estatales desviados.
La investigación federal por lavado de activos que involucra a Emerenciano Sena y Marcela Acuña reveló un dato contundente: el matrimonio acumuló durante años una flota de vehículos valuada en millones de pesos, muy por encima de sus ingresos formales como empleados públicos. Patricio Sabadini, fiscal federal, sostiene que los bienes fueron adquiridos con fondos de origen ilícito, desviados a través de la Fundación Doctor Saúl Andrés Acuña, estructura que, según la acusación, funcionaba como canal para absorber recursos estatales y volcarlos al patrimonio del clan.
El requerimiento de elevación a juicio se detalla que Sena compró, entre 2015 y 2023, una serie de vehículos de alto valor:
- Toyota Hilux 4×4 SRV Limited (2015) – $530.600, en cotitularidad.
- Ford F-100 Diesel (2015) – $93.000.
- Camión Ford F350 (2016).
- Toyota Hilux SRX 2.8 TDI (2017) – $756.900, en cotitularidad.
- Acoplado (2019) – $50.000.
- Toyota Hilux SRX 2.8 TDI (2020) – $2.295.600, en cotitularidad.
- Toyota Hilux SRX 2.8 TDI (2023) – $19.662.276, el último vehículo registrado a nombre del matrimonio.
La evolución de los montos muestra un salto abismal en la capacidad adquisitiva de la familia Sena: de una camioneta de poco más de medio millón en 2015 a otra cercana a los 20 millones de pesos en 2023.
El vehículo incautado y el detalle que llamó la atención
Uno de esos vehículos, una Toyota Hilux doble cabina, se convirtió recientemente en un símbolo de la caída del clan.
La camioneta —identificada como DJ-09 en los registros judiciales— fue secuestrada durante los allanamientos de 2023 realizados en el marco de la causa federal por lavado de activos (Expediente FRE 5132/2023). Al momento del operativo, el rodado estaba siendo utilizado por el abogado Ricardo Osuna, abogado defensor de Sena en la causa de Cecilia Strzyzowski.
Tras cumplir con los procedimientos legales, la Justicia Federal dispuso que el vehículo fuera entregado a la Policía de la Provincia del Chaco, que lo incorporó a la División Patrulla Fluvial, dependiente de la Dirección General de Seguridad Rural y Ambiental.
Desde la Jefatura de Policía destacaron que la medida representa un caso concreto de «reutilización social de bienes obtenidos mediante actividades ilícitas», ya que la camioneta pasa de ser parte del patrimonio irregular del clan Sena a una herramienta destinada a reforzar la seguridad pública.
Marcela Acuña también figura como titular de otra camioneta, una Toyota Hilux 4×2 DX doble cabina (2016) – dominio ECV705. En paralelo, la Fundación Saúl Andrés Acuña, dirigida por el matrimonio, adquirió su propia flota utilizando fondos públicos:
- Mercedes Benz Atego 1721 (2023) – $39.710.000, comprado con un aporte específico del IAFEP.
- Mercedes Benz Sprinter 310 (2020).
- Rastrojero Diesel C-66 (2015).
- Mercedes Benz L-1518 (2012) – $118.017.
- Motomel B110 (2011).
Uno de los hechos más graves que llamó la atención del fiscal es que el camión Atego, adquirido con dinero destinado a la construcción de viviendas sociales, fue luego ofrecido como dación en pago para cubrir incumplimientos en esas mismas obras.
Para la Fiscalía, los ingresos del matrimonio —limitados a salarios estatales y mínima actividad declarada como monotributistas— nunca pudieron sostener el nivel de gastos y compras reflejado en la causa. La desproporción entre el patrimonio y los ingresos, sumada al retiro sistemático de dinero en efectivo de la cuenta de la fundación, constituye el núcleo de la acusación por lavado de activos y desvío de fondos públicos.
Mientras los Sena ya cumplen ya se encuentran en la cárcel por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, el avance de esta causa federal profundiza el derrumbe de un entramado económico y político que durante años operó sin control.
