La fecha recuerda a San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. En distintas partes del mundo, también se celebra en otros momentos del año. Más allá de la tradición religiosa, se trata de una jornada para reconocer la importancia de los abuelos en la vida familiar.
Cada 26 de julio se celebra el Día de los Abuelos en la Argentina. La fecha tiene origen en la tradición católica, que recuerda a San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús. Aunque no figuran en los evangelios canónicos, su historia se relata en textos apócrifos como el Protoevangelio de Santiago, escrito alrededor del año 150, que narra los orígenes de María y destaca el papel de sus padres.
Más allá de lo religioso, la fecha se ha instalado como una oportunidad para reconocer, celebrar y agradecer la presencia de los abuelos y abuelas, pilares fundamentales en muchas familias: afectivos, transmisores de historias, cuidadores, referentes culturales y emocionales.
En la Argentina también existen otras fechas alusivas: el Día de la Abuela se conmemora el segundo domingo de noviembre, y el Día del Abuelo, el tercer domingo de agosto. Sin embargo, el 26 de julio sigue siendo la jornada más extendida para homenajearlos.
10 ideas para disfrutar con los abuelos
Más que un obsequio material, muchos abuelos valoran el tiempo compartido. En esta nota, una lista de propuestas para vivir una jornada especial:
Entrevistarlos y grabar sus historias: Una charla grabada en audio o video puede convertirse en un recuerdo valioso para toda la familia.
Revisar álbumes de fotos y escuchar anécdotas: El pasado cobra vida con cada imagen y cada relato.
Cocinar juntos una receta familiar: Ideal para transmitir sabores y saberes entre generaciones.
Leerles un cuento o una poesía, o pedirles que lean uno de su infancia: El intercambio literario puede abrir nuevas conversaciones.
Armar un jardín en macetas o cuidar plantas juntos: Una actividad terapéutica que une y embellece el espacio compartido.
Pasear por un lugar significativo: La plaza del barrio, el club de su juventud, una iglesia o museo. Caminar y recordar.
Jugar a las cartas, al dominó o a un juego de mesa clásico: Tiempo de calidad que además estimula la mente.
Hacer una videollamada con otros miembros de la familia: Para conectar generaciones, incluso a la distancia.
Escuchar juntos música de distintas épocas: Ellos eligen una canción, vos otra. Pueden descubrirse mutuamente.
Escribirles una carta a mano: En tiempos de pantallas, el gesto escrito tiene un valor especial.