La vacuna, aprobada para uso adyuvante y administrada en centros especializados, representa un salto científico que posiciona al país en el desarrollo de terapias avanzadas contra tumores sólidos.
El desarrollo de una vacuna terapéutica nacional contra el melanoma cutáneo marca un punto de inflexión en la lucha contra el cáncer de piel más agresivo. Se trata de Vaccimel, la primera inmunoterapia celular creada íntegramente en el país para esta enfermedad, que ya comenzó a aplicarse bajo prescripción oncológica en centros especializados.
El avance es resultado de más de treinta años de trabajo encabezado por el doctor José Mordoh, investigador del Conicet y referente en inmunoterapia. Su equipo abrió una puerta inédita para la región: una estrategia que entrena al propio sistema inmune del paciente para evitar recaídas tras la cirugía del tumor.
De esta manera, Vaccimel se convierte en la primera vacuna terapéutica aprobada en Argentina para pacientes con melanoma en estadios IIB, IIC y IIIA, en fases tempranas pero con riesgo de recaída intermedio a alto. Su aplicación inicial comenzó en el Hospital de Oncología María Curie, y el laboratorio a cargo de la producción avanza en la capacitación de centros del interior para ampliar el acceso.
La dermatóloga oncológica Ana Clara Acosta destacó la importancia del nuevo abordaje: se trata de un tratamiento adyuvante, indicado luego de la cirugía inicial. «La vacuna se administra cuando el paciente ya no presenta lesiones visibles, pero mantiene riesgo biológico de que células residuales vuelvan a multiplicarse», explicó.
Treinta años de investigación
El proyecto nació a fines de la década de 1980 con un objetivo ambicioso: crear una herramienta capaz de activar al sistema inmune para reconocer y atacar células tumorales. A lo largo de décadas, el equipo de Mordoh avanzó desde modelos experimentales hasta ensayos clínicos, siempre bajo el paradigma de la medicina traslacional.
Tras múltiples estudios y ajustes en dosis, seguridad y selección de pacientes, la ANMAT aprobó la vacuna en 2021, y se concretó la transferencia tecnológica para su fabricación y distribución nacional.
¿Cómo actúa Vaccimel?
A diferencia de las vacunas preventivas, esta inmunización es terapéutica: está diseñada para personas ya diagnosticadas, con el objetivo de impedir la reaparición del melanoma. La formulación contiene múltiples antígenos tumorales, lo que permite montar una respuesta inmune robusta y diversificada. De esta forma, el sistema inmunológico incrementa la vigilancia frente a eventuales micrometástasis.
El esquema consiste en 13 dosis en dos años, con aplicaciones más frecuentes al inicio para activar la respuesta y luego refuerzos espaciados para mantenerla. El tratamiento es ambulatorio y no requiere internación.
Según los datos clínicos obtenidos a lo largo del desarrollo, la vacuna mostró un alto porcentaje de prevención de recaídas, baja toxicidad y un perfil de tolerancia que supera al del interferón, el estándar previo en estos casos.
Acosta lo resume así: «La vacuna entrena a los linfocitos T citotóxicos para identificar y destruir células que no deberían estar allí, y los mantiene en estado de alerta».
El laboratorio responsable de producir Vaccimel acumula más de dos décadas de trabajo en terapias celulares, un campo que incluye desde el cultivo de tejidos hasta tecnologías avanzadas como la expansión y modificación genética de células T, que en el mundo se traducen en tratamientos del tipo CAR-T.
Hoy, el país se ubica en una línea de investigación y desarrollo que ya dio origen a productos exportados a centros de alta complejidad y universidades del exterior, y que abre nuevas posibilidades para terapias contra tumores sólidos y enfermedades hematológicas.
Signos de alarma y prevención del melanoma
El melanoma puede aparecer en zonas expuestas o no expuestas al sol: plantas de los pies, palmas, cuero cabelludo, debajo de las uñas o mucosas. No siempre es oscuro; también puede ser rosado, blanco o presentar ausencia de pigmento.
La regla ABCDE continúa siendo una guía simple y efectiva para detectar lesiones sospechosas:
- Asimetría
- Bordes irregulares
- Color variado
- Diámetro mayor a 6 mm
- Evolución en forma, tamaño o síntomas (picazón, sangrado)
La exposición a radiación UV es el principal factor de riesgo modificable, pero también influyen la cantidad de lunares, la genética, el tipo de piel, la inmunosupresión y la edad.
La detección temprana sigue siendo clave: cuando el melanoma se extirpa antes de que invada capas profundas, la cirugía suele ser curativa.
