Empezó el juicio por el crimen de Valeria Ramírez en Mendoza. La defensa de Franco Cuello insiste en que fue un accidente doméstico.
Este lunes empezó el juicio por jurado que definirá el futuro de Franco Nicolás Cuello, el policía del Grupo Especial de Seguridad (GES) acusado de matar de un disparo en la cara a su pareja, Valeria Noemí Ramírez, en noviembre de 2022 en Mendoza.
El debate se lleva adelante en el Polo Judicial Penal de esa provincia, bajo la mirada del juez técnico Alejandro José Miguel y con la participación de 12 jurados populares que tendrán la última palabra: decidir si Cuello es culpable de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, un delito que prevé la prisión perpetua.
La reconstrucción del crimen y la versión de la fiscalía
Durante los alegatos de apertura, el jefe de la Unidad Fiscal de Homicidios, Fernando Guzzo, reconstruyó la noche del 25 de noviembre de 2022. Según la acusación, Valeria Ramírez, madre de dos hijos pequeños, estaba sentada al pie de la cama en su habitación cuando Cuello le disparó a quemarropa.
El proyectil calibre 9 milímetros ingresó por la nariz de la mujer, salió por el pómulo y atravesó el tórax, destrozando varios órganos vitales a su paso. Valeria murió horas después en el Hospital Central.
“No existe duda sobre la autoría. Las pruebas son claras y van a demostrar que se trató de un femicidio cometido en el marco de una relación de violencia de género”, sostuvo Guzzo ante el jurado.
La fiscalía adelantó que presentará pruebas técnicas, como peritajes balísticos y el resultado del barrido electrónico, que dio positivo en las manos del acusado. Además, sumará testimonios directos, incluyendo a la madre y la hermana de la víctima, quienes hablarán sobre cómo era la relación de pareja.
Un punto clave en el juicio será la declaración en Cámara Gesell del hijo mayor de la pareja, que tenía 4 años en ese momento.
Según consta en la causa, a la que tuvo acceso diario El Sol, el nene habría dicho: “mi papá le disparó a mi mamá”, acompañando sus palabras con gestos que reforzaban el relato.
Guzzo remarcó que este testimonio, junto con la evidencia forense que indica que el disparo se realizó a una distancia de entre 20 y 60 centímetros, descarta cualquier hipótesis de accidente.
La estrategia de la defensa: culpar al hijo de 4 años
Por su parte, la defensa de Cuello encabezada por el abogado Leonardo Pablo Pasccon, sostiene una versión completamente opuesta. Afirma que el disparo fue realizado por el hijo de la pareja y que la fiscalía nunca contempló la posibilidad de un accidente doméstico.
“Fue una posibilidad desde el minuto cero de la investigación. No hubo violencia de género ni discusión previa. Él mismo la llevó al hospital y jamás intentó ocultar lo que pasó. Los accidentes pasan”, argumentó Pasccon, mientras Cuello lloraba en el estrado.
Para reforzar su postura, la defensa subrayó que el imputado llamó al 911 y trasladó a la víctima junto a la hermana de ella hasta el hospital. Además, cuestionó la existencia de un vínculo violento, asegurando que la pareja estaba en un buen momento y que planeaban casarse. “Ese había sido el día más feliz de su vida”, alegó.
Cómo sigue el juicio
El juicio continuará durante varios días, con la declaración de peritos de Científica, personal policial que trabajó en la escena, médicos forenses y vecinos del barrio La Gloria.
También se reproducirán las grabaciones de los llamados al 911 y el contenido del teléfono de Cuello, que para la fiscalía es fundamental para demostrar un contexto de control económico y hostigamiento.
Si los jurados encuentran culpable a Cuello, el juez Miguel deberá dictar prisión perpetua. Si consideran que fue un accidente, el policía quedará absuelto del delito de femicidio.