El comportamiento de las ventas en supermercados y autoservicios tuvo diferencias el mes pasado. En las grandes cadenas, la retracción fue similar a la de mayo, mientras que en los autoservicios independientes la caída se aceleró.
Aunque en junio la inflación en los alimentos aumentó menos que el índice general y los consumidores contaron con un poco más de liquidez debido al cobro del aguinaldo, las ventas en supermercados y almacenes continuaron en declive.
El director de la consultora Scentia, Osvaldo del Rio, en diálogo con Clarín, expresó: “En línea con lo observado en periodos anteriores, el consumo masivo empaquetado siguió disminuyendo el mes pasado, con una caída más pronunciada respecto a mayo”.
Según los relevamientos de la consultora, durante el mes pasado, la retracción fue del -12,5% considerando todos los canales de venta. Así, el acumulado del primer semestre del año mostró un retroceso del 8,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
El comportamiento de las ventas en supermercados y autoservicios tuvo diferencias el mes pasado. En las grandes cadenas, la retracción fue similar a la de mayo, mientras que en los autoservicios independientes la caída se aceleró.
Las bajas fueron del 10,3% y 14,6% intermensual, acumulando una contracción semestral del 10% y 7% respectivamente. Sin embargo, del Rio explicó que “es importante tener en cuenta las bases de comparación que, hasta junio de 2023, eran de +8% para los supermercados y -8% para los autoservicios”.
Todas las categorías de productos registraron una disminución en las ventas a través de ambos canales. Las mayores caídas se dieron en las bebidas alcohólicas, con una reducción promedio del 19,6% en junio, y en los productos “impulsivos” como golosinas y snacks, que disminuyeron un 21%.
El análisis por regiones reveló una diferencia notable: en el AMBA, la caída promedio en junio fue del 5,1%, mientras que en el resto del país alcanzó el 17,2%.
El comportamiento de los consumidores fue más conservador de lo esperado, considerando que el impacto de los precios se está mitigando debido a la recesión y la disminución de los ingresos. Según la consultora, en relación al precio promedio ponderado, “continúa el proceso de desaceleración que ahora se sitúa en el 279%”, después de haber llegado al 345,5% en marzo.
También se observó una menor presión inflacionaria en los datos del INDEC publicados la semana pasada, que mostraron un aumento del 4,6% en el índice general. Aunque se detuvo el descenso continuo de la curva de precios, este incremento es significativamente menor que el del primer trimestre del año. De este modo, el aumento interanual de la inflación se sitúa en el 271,5%, según los datos oficiales.
A pesar de las promociones en las grandes cadenas y los descuentos importantes que ofrecen algunos minoristas por pagos en efectivo, el consumo sigue deprimido debido a la erosión de los ingresos en los últimos meses. Además, la contracción también responde a la incertidumbre provocada por el aumento de tarifas y las escasas opciones de ahorro.
Según los comerciantes, las expectativas de recuperación del sector están puestas hacia finales de año o directamente en 2025, cuando se espera una recuperación económica. En la misma línea, del Rio opinó que ” si hay algo de recomposición, se va a notar hacia fin de año, quizás en los últimos dos o tres meses de este año”.