Un informe del CEPA muestra el retroceso del haber mínimo desde junio de 2023 con relación a bienes esenciales para la vida de las personas mayores. Además, durante 2024 el PAMI limitó la entrega gratuita.
Desde junio de 2023, la jubilación mínima perdió un 42,7% de su capacidad para adquirir los fármacos de la canasta PAMI, agravando la situación económica de las personas mayores.
Aumentos récord en los medicamentos
El estudio del CEPA detalla que los medicamentos de mayor consumo entre los adultos mayores registraron incrementos muy superiores al promedio de la inflación. Entre noviembre de 2023 y enero de 2025, estos productos acumularon un aumento del 361,6%, mientras que la inflación general en el mismo período fue del 215,3%.
Algunos de los medicamentos más afectados incluyen:
– DAFLON 500: un venotónico que aumentó un 101,6%.
– IBUPIRAC 600 mg: un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) utilizado para tratar dolores y fiebre, que subió un 110,9%.
Estos incrementos han dejado a los jubilados en una situación crítica, ya que sus ingresos no han seguido el ritmo de la inflación. Entre enero de 2024 y enero de 2025, los haberes mínimos con bonos perdieron un 6,6% de su valor real, mientras que sin bonos la caída fue del 42,7%.
Cambios en la entrega de medicamentos gratuitos
Además del aumento de precios, los jubilados enfrentan otro golpe: la restricción en la entrega gratuita de medicamentos por parte del PAMI. Durante 2024, el organismo modificó la normativa vigente desde 2020, limitando el beneficio a quienes perciben hasta 1,5 jubilaciones mínimas y estableciendo un tope de cinco medicamentos por persona.
Anteriormente, este programa representaba en promedio el 26% del haber mínimo, pero con las nuevas restricciones, su alcance se ha reducido significativamente. Los jubilados ahora deben realizar trámites adicionales para acceder a los medicamentos, lo que dificulta aún más su acceso a tratamientos esenciales.
Un panorama desolador para los jubilados
La combinación de la pérdida de poder adquisitivo y la reducción de beneficios ha dejado a los jubilados en una situación cada vez más precaria. El informe del CEPA destaca que, desde junio de 2023, la jubilación mínima ha perdido un 40,3% de su capacidad para adquirir medicamentos de la canasta PAMI, incluso considerando los bonos.
Esta situación no solo afecta la calidad de vida de las personas mayores, sino que también pone en riesgo su salud, ya que muchos no pueden costear los tratamientos necesarios. El informe concluye que, sin políticas que reviertan esta tendencia, los jubilados seguirán siendo uno de los sectores más vulnerables frente a la crisis económica.
En resumen, la pérdida de poder adquisitivo de la jubilación mínima y las restricciones en la entrega de medicamentos gratuitos han creado un escenario desolador para los adultos mayores, quienes enfrentan dificultades crecientes para acceder a los bienes esenciales que garantizan su bienestar y salud.