En lo que va de año, más de 1,3 millones de argentinos ha cruzado la cordillera, lo que supone un aumento del 54,8% con respecto al mismo periodo de 2023, según la Subsecretaría de Turismo de Chile. Los testimonios de los que van en tours de compras reflejan tanto malestar con los precios en la Argentina como apoyo a las medidas de Milei que provocaron el encarecimiento del país en dólares.
Entre julio y septiembre experimentó un aumento del 181% el ingreso de argentinos a Chile, impulsado por los tours de compras.
A punto de que se cumpla el primer aniversario de la investidura del presidente Javier Milei, miles de argentinos cruzan diariamente la frontera con Chile buscando aparatos de tecnología, electrodomésticos y ropa más barata, y huyendo de la elevada inflación, la carestía y la sobrevaloración del peso que ha dejado la “motosierra” ultraliberal.
Es un viernes a mediodía en el Paso Internacional Los Libertadores, en pleno corazón de Los Andes, y ya hay varios autos con matrícula argentina haciendo fila para ser revisados por personal de la Aduana chilena.
“Esta fila no es nada para lo que vendrá por la noche. Vamos a reforzar turnos porque el lunes es festivo en Argentina y esperamos un gran flujo de autos y buses llenos de turistas”, cuenta a la agencia EFE un funcionario chileno que prefiere no identificarse. Melisa Bosa, de Córdoba, aguarda en uno de esos autos con varias valijas vacías en el baúl. Dice que quiere comprar “muchas cosas para la casa” porque “hay una diferencia de precios de hasta el 50% en los electrodomésticos”. “Una freidora de aire en Argentina está en 200 dólares y en Chile en 80”, describe.
En el auto que está delante, Ariana Bruno, de Mendoza, sostiene que es “casi imposible comprar ropa de calidad y de marca en Argentina”. La joven cuenta que en verano viajará a Brasil, “porque es mucho más barato vacacionar en el extranjero” que en su país.
A pesar de ello tiene confianza en el futuro: “Tengo esperanza de que con Milei las cosas cambien”, confiesa.¿Un boom transitorio? En lo que va de año, más de 1,3 millones de argentinos ha visitado Chile, lo que supone un aumento del 54,8% con respecto al mismo periodo de 2023, según datos de la Subsecretaría de Turismo de Chile.
Gran parte de los turistas entran por el paso de Los Libertadores, que conecta Mendoza con las ciudades chilenas de Santiago y Valparaíso y que solo entre julio y septiembre experimentó un aumento del 181% en las entradas en comparación con el mismo período del año anterior, de acuerdo a datos oficiales.
“Estamos viviendo un boom, pero esto es algo transitorio que ya vimos en 2016. Es difícil predecir cuánto tiempo durará. Ahora viene la Navidad, una de la épocas más importantes para el “retail””, apunta Bernardita Silva, gerente de estudios de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo de Chile.
La inflación en la Argentina alcanzó el 211,4% el año pasado, tras registrar solo en diciembre un aumento intermensual del 25,5%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). “Contrabando hormiga” Desde la llegada al poder de Javier Milei y la aplicación de su doctrina del shock, la inflación se ha ido desacelerando -en octubre registró un crecimiento intermensual del 2,7% (el más bajo desde noviembre de 2021) y un acumulado del 107% en los diez primeros meses del año-, pero las diferencias de precios en relación con Chile siguen siendo muy alta.
“Los argentinos pueden encontrar descuentos de hasta un 70% con respecto a lo que valen allá las cosas, pero insisto en que esto es algo transitorio y que hay temporadas en la que a los chilenos nos conviene más ir a comprar a Argentina”, agrega Silva.
Los comercios chilenos se frotan las manos, pero los argentinos están empezando a hartarse. La Federación Económica de Mendoza (FEM) ha pedido recientemente a la Administración de Milei establecer más controles en la frontera para frenar la “competencia desleal” que genera el llamado “contrabando hormiga”.
“Los “tours de compras” no solo se destinan al consumo personal; también han dado lugar al “contrabando hormiga”, mediante el cual productos adquiridos en Chile son introducidos al país de forma irregular para luego ser comercializados en ferias y redes sociales”, se queja la organización gremial en la red social X. Yolanda Elsa, Gabriela Spretz y Rita Isaac son tres jubiladas de la provincia de Entre Ríos. Las mujeres han tomado un descanso, sentadas en la cafetería de un conocido “outlet” de ropa de marca situado a las afueras de Santiago, para enseñarse unas a otras sus adquisiciones. Spretz ha comprado tres pares zapatillas “que costaron lo que valdría uno solo” en la Argentina. “No es un secreto que a los argentinos nos gustan las marcas”, confiesa.
“Los precios están muy altos, pero al menos la inflación está controlada. Ahora por lo menos sabemos cuánto van a costar las cosas. Antes te acostabas sin saber si el sueldo iba a alcanzarte al día siguiente”, replica Isaac.
Mailen Antonés, de Buenos Aires, sale del mismo establecimiento con una enorme valija llena, sobre todo, de ropa de bebé (su hermana está embarazada) y de cosméticos: “Hay que tener dos o tres trabajos para comprar marcas que te gusten”, reconoce.
Otro que sale con una valija repleta de ropa es Marcos Varela, un argentino que viajó hasta Santiago para celebrar el aniversario con su esposa y hacer algunas compras. “Este aumento de precios era inevitable. Son muchos años de que se robaran todo en la Argentina y ahora hay que pagar las consecuencias”, reflexiona.
Entre julio y septiembre experimentó un aumento del 181% el ingreso de argentinos a Chile, impulsado por los tours de compras.
A punto de que se cumpla el primer aniversario de la investidura del presidente Javier Milei, miles de argentinos cruzan diariamente la frontera con Chile buscando aparatos de tecnología, electrodomésticos y ropa más barata, y huyendo de la elevada inflación, la carestía y la sobrevaloración del peso que ha dejado la “motosierra” ultraliberal.
Es un viernes a mediodía en el Paso Internacional Los Libertadores, en pleno corazón de Los Andes, y ya hay varios autos con matrícula argentina haciendo fila para ser revisados por personal de la Aduana chilena.
“Esta fila no es nada para lo que vendrá por la noche. Vamos a reforzar turnos porque el lunes es festivo en Argentina y esperamos un gran flujo de autos y buses llenos de turistas”, cuenta a la agencia EFE un funcionario chileno que prefiere no identificarse.
Melisa Bosa, de Córdoba, aguarda en uno de esos autos con varias valijas vacías en el baúl. Dice que quiere comprar “muchas cosas para la casa” porque “hay una diferencia de precios de hasta el 50% en los electrodomésticos”. “Una freidora de aire en Argentina está en 200 dólares y en Chile en 80”, describe.
En el auto que está delante, Ariana Bruno, de Mendoza, sostiene que es “casi imposible comprar ropa de calidad y de marca en Argentina”. La joven cuenta que en verano viajará a Brasil, “porque es mucho más barato vacacionar en el extranjero” que en su país.
A pesar de ello tiene confianza en el futuro: “Tengo esperanza de que con Milei las cosas cambien”, confiesa.
¿Un boom transitorio?
En lo que va de año, más de 1,3 millones de argentinos ha visitado Chile, lo que supone un aumento del 54,8% con respecto al mismo periodo de 2023, según datos de la Subsecretaría de Turismo de Chile.
Gran parte de los turistas entran por el paso de Los Libertadores, que conecta Mendoza con las ciudades chilenas de Santiago y Valparaíso y que solo entre julio y septiembre experimentó un aumento del 181% en las entradas en comparación con el mismo período del año anterior, de acuerdo a datos oficiales.
“Estamos viviendo un boom, pero esto es algo transitorio que ya vimos en 2016. Es difícil predecir cuánto tiempo durará. Ahora viene la Navidad, una de la épocas más importantes para el “retail””, apunta Bernardita Silva, gerente de estudios de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo de Chile.
La inflación en la Argentina alcanzó el 211,4% el año pasado, tras registrar solo en diciembre un aumento intermensual del 25,5%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
“Contrabando hormiga”
Desde la llegada al poder de Javier Milei y la aplicación de su doctrina del shock, la inflación se ha ido desacelerando -en octubre registró un crecimiento intermensual del 2,7% (el más bajo desde noviembre de 2021) y un acumulado del 107% en los diez primeros meses del año-, pero las diferencias de precios en relación con Chile siguen siendo muy alta.
“Los argentinos pueden encontrar descuentos de hasta un 70% con respecto a lo que valen allá las cosas, pero insisto en que esto es algo transitorio y que hay temporadas en la que a los chilenos nos conviene más ir a comprar a Argentina”, agrega Silva.
Los comercios chilenos se frotan las manos, pero los argentinos están empezando a hartarse. La Federación Económica de Mendoza (FEM) ha pedido recientemente a la Administración de Milei establecer más controles en la frontera para frenar la “competencia desleal” que genera el llamado “contrabando hormiga”.
“Los “tours de compras” no solo se destinan al consumo personal; también han dado lugar al “contrabando hormiga”, mediante el cual productos adquiridos en Chile son introducidos al país de forma irregular para luego ser comercializados en ferias y redes sociales”, se queja la organización gremial en la red social X.
Yolanda Elsa, Gabriela Spretz y Rita Isaac son tres jubiladas de la provincia de Entre Ríos. Las mujeres han tomado un descanso, sentadas en la cafetería de un conocido “outlet” de ropa de marca situado a las afueras de Santiago, para enseñarse unas a otras sus adquisiciones.
Spretz ha comprado tres pares zapatillas “que costaron lo que valdría uno solo” en la Argentina. “No es un secreto que a los argentinos nos gustan las marcas”, confiesa.
“Los precios están muy altos, pero al menos la inflación está controlada. Ahora por lo menos sabemos cuánto van a costar las cosas. Antes te acostabas sin saber si el sueldo iba a alcanzarte al día siguiente”, replica Isaac.
Mailen Antonés, de Buenos Aires, sale del mismo establecimiento con una enorme valija llena, sobre todo, de ropa de bebé (su hermana está embarazada) y de cosméticos: “Hay que tener dos o tres trabajos para comprar marcas que te gusten”, reconoce.
Otro que sale con una valija repleta de ropa es Marcos Varela, un argentino que viajó hasta Santiago para celebrar el aniversario con su esposa y hacer algunas compras. “Este aumento de precios era inevitable. Son muchos años de que se robaran todo en la Argentina y ahora hay que pagar las consecuencias”, reflexiona.