Los números del oficialismo y la oposición. La imagen del Presidente y sus funcionarios. Un pronóstico clave para las legislativas del próximo año.
A un día de cumplirse 8 meses de la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación la primera impresión es que se consolidó una nueva polarización, de un lado los que apoyan al Gobierno, a pesar de pasarla mal, y del otro quienes, más allá de sus identidades políticas, están en contra de las políticas ejecutadas por Javier Milei.
La grieta, por cuestiones obvias ya no es entre kirchneristas y antikirchneristas, pero contiene algo de ese espectro en su división. Ahora la centralidad y el ordenador de la política nacional es un solo dirigente: el propio presidente libertario. Atrás quedó el protagonismo del kirchnerismo, que tras perder el Gobierno quedó relegado a integrar el ancho bando opositor.
Esto surge luego de analizar siete encuestas nacionales de las consultoras Synopsis, Opinaia, Pulso, Zuban Córdoba, Proyección, CB y Universidad de San Andrés (Udesa). Coinciden en algunos parámetros clásicos, como la imagen de Milei, la aprobación y desaprobación de su gestión y las expectativas económicas. Pero también hay algunos cuadros vinculados con debates del presente, como la tolerancia al ajuste o la responsabilidad de la crisis; o del futuro, como la intención de voto para las Legislativas 2025.
La imagen de Milei
Pocos ítems dejan tan clara la dicotomía de la sociedad como la pregunta que indaga sobre la imagen del Presidente. Las siete consultoras evaluaron este punto y el resultado es empate técnico: 47,6% de positiva contra 47,8% de negativa, con 4,6% de “ns/nc”.
Es un resultado entre regular y bueno para Milei, si se tiene en cuenta que la gran mayoría de los políticos tiene saldo negativo de imagen. En algunos casos, con rechazos superiores al 70%.
Los números del libertario vienen relativamente estables desde que asumió, lo que también implica una buena noticia para él, teniendo en cuenta la magnitud del ajuste que aplicó.
Aprobación y expectativas
La polarización que aparece respecto a la imagen del Presidente se repite cuando se pregunta por la aprobación de la gestión y las expectativas económicas. En el primer caso queda más claro, y varios estudios terminan en casi empate.
En cuanto a las expectativas económicas (algunos preguntan a seis meses, otros a un año o incluso a dos años), es otro ítem favorable a Milei. Aun cuando no se trate de números despampanantes (lógico por la recesión actual), son muchísimo mejores que los que traía hace años el Gobierno anterior. A su manera, el libertario revive el eslogan de “estamos mal, pero vamos bien”.
Cambios en las principales preocupaciones
Es una de las variables que cambió respecto a los gobiernos anteriores. Durante buena parte del mandato de Mauricio Macri y todo el de Alberto Fernández, el principal problema que preocupó a los argentinos fue la inflación. Y sobre todo en el final de la última gestión, allí incluso desapareció la grieta.
Con Milei, que arrancó con un IPC arriba del 25% (diciembre 2023) y se espera a que baje a menos de 4% (julio 2024), disminuyó el temor con los precios. Y eso, se presume, también explica que se sostenga la imagen del Presidente, ya que el Gobierno focalizó su programa económico hacia allí.
La contracara es que crecieron otras preocupaciones: el desempleo, derivado de la recesión; la corrupción, por los casos que viene ventilando el propio Gobierno (alguno propio, pero la mayoría heredados); y la inseguridad, siempre latente y retroalimentada por el caso Loan.
La imagen del Gabinete
Los números de los principales funcionarios de Milei pueden dividirse en tres. En primer lugar, se destacan la vicepresidenta Victoria Villarruel y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que no sólo arrancaron la gestión con buenos números, sino que los consolidaron y mejoraron. En varios rankings, las dos funcionarias superan incluso al Presidente.
En un escalón intermedio se puede ubicar a Manuel Adorni, que a fuerza de polémicas y una defensa cerrada del Gobierno (casi) todas las mañanas desde su conferencia de prensa en Casa Rosada, aumentó su nivel de conocimiento, al punto de que se lo mencione como posible candidato para la Ciudad en 2025.
Y luego queda el resto, con un desconocimiento mayor, y saldo de imagen claramente en contra. De todos modos, aun con ese balance regular, les suele alcanzar para superar a muchos opositores.
La herencia K y sin líderes en la oposición
Más allá de los méritos propios, estos ocho meses de Milei no se pueden analizar sin mirar la performance de sus rivales. La política muchas veces se trata de eso, de la opción por el menos malo.
Hay dos cuadros que vienen evaluando las consultoras y que le dan aire sin dudas al oficialismo. Uno aparece cuando se pregunta por la responsabilidad sobre la crisis actual. Y resulta interesante que a ocho meses del recambio, el mayor apuntado siga siendo el “Gobierno anterior”. Eso, implícitamente, implica un aval al ajuste económico.
El otro cuadro, político, refiere al liderazgo opositor. Son varias las encuestas que plantean este tema y terminan ganando “nadie” o “no sabe”. Ni Cristina ni Kicillof del lado más duro, ni Macri del más amigable logran captar a los votantes no oficialistas, pese a que suman casi tantos como los adherentes al Gobierno libertario.
Intención de voto 2025
Con este contexto polarizado y una oposición sin líderes sostenidos mayoritariamente por la sociedad, las perspectivas electorales son buenas hoy para el oficialismo. Se trata, claro, de datos muy incipientes. Falta un año para las eventuales PASO y restan definiciones trascendentales, como saber si el PRO y La Libertad Avanza compartirán listas.
Unas de las consultoras viene midiendo desde marzo para las Legislativas 2025. Si la mirada se concentra en los espacios por separado, siempre lideró a nivel nacional La Libertad Avanza, con porcentajes por encima del 30%.
Pero se le agregan los votos del PRO se acerca a la misma cifra que suman las otros cuatro variantes opositoras: 37,8%. Otra vez la sociedad partida en dos.